sexta-feira, 4 de julho de 2008

[La Razón] La Xunta premiará a los comercios que renuncien por escrito a usar el español

Condiciona las subvenciones a que se rotule en la lengua autonómica. Reclama a los empresarios interesados en las ayudas que rellenen un cupón prometiendo utilizar el gallego.

Ernesto Villar
MADRID- La Xunta de Galicia ha dado una nueva vuelta de tuerca a la inmersión lingüística: ha inventado el «cupón del gallegoparlante». Desde este año, los empresarios de 258 localidades de la región que quieran tener opciones reales de arañar una subvención pública para modernizar sus negocios deben enviar a la Administración una «declaración-compromiso» por escrito, con su DNI, nombre y apellidos, en la que garantizan que todos sus carteles, rótulos y campañas publicitarias estarán redactados en gallego en lugar de en castellano. Además, en el formulario dan su palabra de que usarán exclusivamente esta lengua en «todas las relaciones» con la Administración autonómica.
¿Y qué ocurrirá con los que incumplan su promesa? Ahí está el quid de la cuestión, porque esta «declaración-compromiso» quedará registrada en la Conselleria de Innovación e Industria -por lo que pueda pasar-, sin olvidar que la normativa establece explícitamente que «el incumplimiento de las obligaciones (...) dará lugar a la obligación de devolver total o parcialmente la subvención percibida, así como los intereses de demora correspondientes».
Este compromiso de desterrar el español de los comercios se aplica, de momento, en aquellos negocios, sin especificar tamaño, que estén en las zonas rurales de Galicia, en virtud de la Orden aprobada por la Conselleria de Industria que regula las subvenciones de 2008, dentro de su Plan de renovación y mejora del comercio gallego.
El portavoz de Industria y Comercio del PP en el Parlamento gallego, Ángel Bernardo Tahoces, considera que es «un gravísimo error» condicionar las ayudas al comercio al idioma que empleen los comerciantes, y cree que este tipo de imposiciones causan mucho daño a la competitividad del empresariado de la región.
Porque lo más llamativo es que la Conselleria de Industria, gobernada por el BNG, da más importancia a los rótulos en gallego que a la calidad del proyecto presentado, de tal forma que sin la presentación de este cupón de «galleguismo» es casi imposible recibir subvenciones. En su artículo 9, la Orden establece seis criterios de valoración, que pueden otorgar un máximo de nueve puntos. Mientras la calidad sólo se puntúa con entre uno y tres puntos, el compromiso con la lengua y los productos gallegos se valora con cuatro, casi la mitad de la tabla de baremación. Dos se conceden por «la inclusión de la propuesta de un compromiso de uso y posterior utilización de la lengua gallega en campañas publicitarias, elementos promocionales y en la señalización interior y exterior del establecimiento comercial». Otro punto se adjudica con el «compromiso de utilización de la lengua gallega en todas las relaciones que el interesado mantenga con la Administración autonómica», mientras que el último se aplica si se comercializan «productos autóctonos, artesanales o ecológicos».
Teniendo en cuenta que el octavo punto se concede por algo tan obvio como que la solicitud esté presentada correctamente, y el noveno por algo tan común como que el solicitante pertenezca a alguna asociación de empresarios, se colige que, incluso con un proyecto que no se tenga en pie, se tienen asegurados siete de los nueve puntos en disputa. Más que suficiente para merecer una subvención de la Xunta.

Fonte: La Razón.

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