quinta-feira, 3 de julho de 2008

[El Plural] Diferentes posturas de los intelectuales ante el Manifiesto por la Lengua

Pedro J. ha llevado su cruzada por la Lengua Común hasta las páginas de El Cultural, suplemento semanal de su periódico dedicado a las artes y a las letras. Ocho páginas en las que cincuenta creadores españoles se pronuncian sobre el tema, en un exhaustivo debate cuya finalidad no acabamos de entender. Quizás, además de darle tanto bombo y páginas al asunto, los editores debían prestar atención a las palabras citadas, muchas de las cuales señalan que la cuestión “es un debate estéril que no está en la calle. A mi entender, el ciudadano de a pie está preocupado por la crisis económica y los problemas sociales”, como bien ha señalado Calixto Bieito, director teatral.

a pesar de que el reportaje advierte de que pretende limpiar “de adherencias políticas partidistas”, el susodicho manifiesto, al que se refieren como “en defensa del bilingüismo”, dada la intensa campaña de El Mundo, que ya lleva diez días con el tema, el anuncio resulta tan increíble como exhaustiva la atención dedicada. Este trasfondo político de la cuestión no pasa desapercibido para los consultados, que advierten el hecho de que “desgraciadamente los políticos de este país son especialistas en alejarse de la realidad o lo que es peor, en enmascararla”, según Bieito.

Elminación de otras lenguas
Escritores como Suso de Toro, poetas como Joan Margarit, e historiadores como Julián Casanova encabezan las críticas al texto, con mayor o menor mesura. El más contundente es De Toro, quien acusa al nacionalismo centrista de pretender “eliminar otras lenguas”. “Ya va siendo hora de que los medios de comunicación ofrezcan el contrapunto de los hablantes de gallego, catalán o euskara. También son personas y tienen cosas que contar. Personalmente, vivo entre lenguas y son todas mías, pero entiende que ese nacionalismo pretende eliminar mi lengua gallega”, se queja. “Nuestras cuatro lenguas reconocidas en la Constitución son patrimonio de todos, no sólo de quien las conoce”, apunta.

Defender las “lenguas pobres”
Margarit, por su parte, aboga por la defensa de las “lenguas pobres”, preguntándose “¿por qué a la pobreza en otros ámbitos se la trata con un respeto que a veces roza la ñoñería y, en cambio, en el ámbito del uso de las lenguas la prepotencia (…) ni siquiera se disimula?”.

¿Inglés sí, lenguas cooficiales no?
Casanova se desmarca de la “preocupación por ‘la situación institucional de la lengua castellana’”, remarcando que le parece curioso “que mucha gente se gaste tanto dinero en que sus hijos aprendan inglés (que no aprenden mucho, no obstante), que estemos tan colonizados con anglicismos y barbarismos de todo tipo, pero que, al final, el problema sea el catalán, el gallego o el euskera”.

Por el “español”
Las voces favorables al manifiesto plantean la cuestión como una defensa del castellano, al que algunos denominan español –el caso del filólogo Ricardo Senabre, que dice no hablar castellano, porque no es castellano…-, frente a los nacionalistas. Muchos de sus argumentos parecen “alarmistas”, como se ha referido al documento Gregorio Peces-Barba, histórico constitucionalista. Es el caso del escritor José María Merino, quien denuncia que España tiene una actitud “fratricida” hacia la lengua madre.

Adiestramiento de separatistas
Asimismo, su compañero de oficio, Fernando Aramburu, denuncia los “programas educativos destinados a romper lazos con la nación común, con sus señas y símbolos” para “adiestrar al futuro ciudadano en la doctrina separatista”. Algo a lo que quienes discrepan denominan “el privilegio de ser bilingüe”.

No lo conoce, pero le parece bien

Por su parte, cineastas como Fernando Colomo admiten desconocer “la letra exacta del manifiesto”, pero les “parece bien que se defienda el castellano cuando se cometen abusos”. El historiador Fernando García Cortázar va más lejos, y acusa a la “difusión del vascuence, del gallego o del catalán” de propiciar “verdaderos despropósitos y agresiones a la libertad de los ciudadanos, quemándose dinero de todos y las energías de muchos”. Está claro que, para García, la campaña bestial a favor del tesxto no cuenta como gasto económico/energético.

Causas más importantes
Y como lo bueno, si breve, dos veces bueno, nos quedamos con la capacidad de síntesis del filósofo Javier Sádaba, que en seis líneas ha resumido su postura, con la que muchos, en mayor o menor medida, nos sentimos identificados: “El manifiesto me parece absurdo. Creo que precisamente las lenguas que están en peligro son las periféricas, las llamadas cooficiales y que, sin embargo, el castellano ya está lo suficientemente estimulado. Y creo además que hay otras causas mucho más importantes que merecen nuestra atención”.

Fonte: El Plural.

Sem comentários: